
Hoy es un día espléndido, soleado, cálido. En esta ciudad patagónica edificada sobre desierto. La primavera este año, algo distraída, se olvido de pasar y de repente se siente como verano. El viento le deja un espacio, por fin. El que no se nombra, según el folklore lugareño, y al que nadie por más años de residencia que tenga, logra acostumbrarse.
El sur tiene su encanto, pero cuesta. Cuesta adaptarse al clima, cuesta relegar las ansias de recibir el verano, en estos días apenas asomando! Cuesta apresurarse por aprovechar el buen clima, talvez más tarde nos sorprenda la brisa... y a abrigarse nuevamente.
Una vez entrado el verano, enero, febrero, todos estas cuestiones quedan algo olvidadas. El mar se disfruta a pleno, los días se vuelven infinitamente largos... la noche no llega antes de las 22:00 y es allí cuando nadie sabe en qué hora vive, a qué hora cena, o nos descubrimos mezclando merienda con cena o cenando a media noche. Todo es válido para aprovechar estos días. Un gran contraste con las demás estaciones.
Toda ciudad tiene un estilo de vida organizado, en gran parte, de acuerdo al clima. Y por estos lugares, el tan esperado verano, que se disfruta al máximo, siempre nos resulta corto y nos deja con ganas... de más verano.
Las playas se van llenando, los cruceros llegan, de todas partes del mundo, matizando las calles con idiomas y rostros variados, armando una escena colorida y por demás interesante. Muchas veces uno se engancha escuchándolos al pasar, de a grupos, siempre hablando entre ellos, tratando de comprender o adivinar de qué pais provienen. O intentando responderles, en el idioma que uno conozca, básicamente, si algo están preguntando...
La movida artística siempre tiene su lugar, durante el año, pero cada verano se potencia y la música cobra protagonismo. Se arman recitales variados al aire libre, en la rambla, a los que asisten todos, residentes y turistas. Cita obligada al volver de la playa.
Y llegan las fiestas, fin de año, y es notorio como la ciudad se llena de conocidos, amigos, amigos de los amigos, los que estudian en Buenos Aires, los que se quedaron allá o en otra ciudad, los internacionales que aprovechan para visitar a su familia... mucha gente dispuesta a pasarla bien, disfrutar de asados, reunirse, ponerse al día, dar a conocer a parejas, hijos, hijos de sus hijos. Otros, extrañando afectos que dejamos en nuestras ciudades, aprovechamos y partimos, por unos días, cambiando de aire.
Más atenta al termómetro que al calendario, por fin puedo decir... VERANO !!!