"Para el velero que no sabe hacia dónde va, ningún viento es favorable"
(una frase que llevo prendida en la mente hace varios años,
lo que no quita que a veces, igualmente, cabecee).
La intención está, la idea está, el objetivo claro dispuesto en el horizonte,
y además, posibles oportunidades en danza...
entonces, vientos de mi alma, compórtense como es debido y soplen en consecuencia.
Les parece?
II.
Según dijo mi hija esta mañana, 7 am, en plena higiene dental y diálogo con su hermano: "Mamá sabe muchas cosas (¿?) porque ya fue chiquita, ahora es grande, porque es una mamá y porque fue a la escuela y a la Universidad...." jajaj, el criterio infantil es maravilloso!! Si todo aprendizaje se redujera a eso...
III.
Ante alguna pequeña duda que todavía se resiste a dar por perdida la batalla, siempre aparecen señales, casi a diario, y si intento ante alguna hacer oídos sordos, como para probarla, aparece otra... y otra. Inminente, el cambio, como si tuviera propia vida. Como si el camino estuviera trazado y solo espera que yo ponga un pie en él, además de la mente.
Sabiduría de la vida que hoy no pienso, no debo!, desatender.